1969
-
1975
"Mis sueños son dos.
Mi primer sueño es jugar en el Mundial;
Y el segundo es salir campeón..."
Nacido
el 30 de octubre de 1960 en el Policlínico de Lanús, fue bautisado y anotado
en el acta 1477. Los Maradona vivían entonces en Fiorito. Doña Tota y Don
Diego hicieron grandes sacrificios para criar a sus ocho hijos, tres varones y
cinco mujeres. Al cumplir tres años de edad, su primo Beto Zárate le regaló
una pelota de fútbol. Dicen que esa noche durmió abrazado a ella. Dicen que más
asombroso era el amor por el esférico cuando estaba despierto.
A
los nueve años Diego ya jugaba en su club de barrio, el Estrella Roja.
Uno de sus amigos, el Goyo Carrizo que jugaba en los Cebollitas de
Argentinos Jrs., le comentó a su entrenador Francis Cornejo, un hombre
muy conocido por descubrir talentos, que había un pibe que la rompía y
que tenía que verlo jugar. Tanta fue su insistencia que le dijo que lo
trajera a una de las prácticas. Cornejo contaría años más tarde:
"... me bastaron dos o tres toques para darme cuenta de que estaba
frente a un fenómeno...". |
|
Tanta fue la sorpresa e impresión que causó en el entrenador, que
inmediatamente fue a la casa de Diego a hablar con sus padres y certificar su
edad en el documento de identidad. "...pensé que era un enano...".
Ese mismo día convenció a sus padres, y al día siguiente Diego Maradona entró
a los Cebollitas.
La historia de los Cebollitas, el equipo de las inferiores de Argentinos Jrs.,
no ha tenido mucha difusión. Solamente se sabe que fue un equipo que alcanzó
una fama increíble gracias a sus grandes hazañas dentro de un campo de juego,
y que llegó a estar, no se sabe a ciencia cierta, cientos de partidos invictos,
además de ganar casi todo lo que jugó. Ya, durante esta etapa inicial, Diego
demostró su personalidad dentro y fuera del campo de juego.
Unos meses después, en una tarde de sol de 1970, la cancha de Atlanta era
testigo del partido Boca Jrs. vs. Argentinos Jrs. En el entretiempo, un pibe
comenzó a jugar sólo con la pelota, figuras, tacos, cabeza, empeine, la pelota
vivía mágicamente por una habilidad única. Cuando los equipos de primera
volvieron a la cancha, el árbitro le ordenó al pibe que se retirara. Y
Dieguito hizo lo de todos los días: taquito y cuando la pelota venía bajando
la mató con la zurda, bicicleta y el balón queda en sus manos. En ese preciso
instante la tribuna estalló en un solo grito: "...que se quede, que se
quede, que se quede...". Boca, en ese entretiempo del 21 de julio de 1970,
fue de Argentinos Juniors, y de Fiorito.
De
esta manera, Diego Maradona había inventado, sin quererlo, los entretenimientos
de medio tiempo: "... yo alcanzaba la pelota en los partidos que jugaba
Argentinos. En el entretiempo me ponía a hacer jueguitos porque quería. No había
nada planeado. Como la gente se entusiasmaba, la cosa quedó como
costumbre."
¿Era previsible lo que Diego Maradona significaría para el fútbol mundial, en
aquellos años tempranos y míticos?
1977
- 1994
"Pase lo que pase, dirija quien dirija,
todo el mundo sabe que la camiseta numero 10 de la Selección
seguirá siendo mía. Para siempre".
"Haga
lo que sabe". La frase del Flaco Menotti, antes del debut de Diego en
la Selección, se completó en La Bombonera, cuando lo mandó a la cancha.
Domingo 27 de febrero de 1977. La Selección de Argentina jugaba
contra Selección de Hungría en la cancha de Boca Jrs. Iniciaron el
partido Hugo Gatti, Tarantini, Olguín, Daniel Killer, Carrascosa,
Ardiles, Gallego, Ricardo Julio Villa, Houseman, Luque, Bertoni. En el
banco con el número 19 en la espalda, estaba el pibe Maradona. Tenía 16
años, once partidos en Primera División y dos goles convertidos. De
pronto, un chistido se abrió paso en medio del rugido ensordecedor. |
|
El 19 de mayo de 1978, cuando llegó la hora de designar los 22 para el Mundial
de 1978, sufrió la gran tristeza: La cara de Menotti le informó que era uno de
los tres exclu´dos. Se enojó. Lloró. Luego, confesó: "Ese día juré
que ir´a por la revancha...". El juramento se cumpliría con creces.
El 2 de junio, en Glasgow, cuando Argentina venció 3-1 a Escocia, marcó su
primer tanto con la casaca albiceleste. Estaba en el buen camino. En septiembre
de ese año fue la estrella del conjunto juvenil que conquistó el Mundial
realizado en Japón. El primer desquite por aquella frustración había llegado.
Según él, ese equipo del '79 fue el mejor integró en toda su carrera.
En 1980 realizó una jugada memorable contra Inglaterra en Wembley. No terminó
en gol porque decidió gambetear al arquero hacia su izquierda. La memoria de
esa oportunidad malograda le iba a servir justamente contra Inglaterra, seis años
más tarde, cuando en el Mundial de México culminó una maniobra fantástica
enfrentando al arquero Peter Shilton. Le amagó a la izquierda y salió por su
derecha, para redondear contra los ingleses el gol de todos los tiempos.
No hubo Selección Argentina, desde entonces y por espacio de cuatro Copas del
Mundo, en la que Diego no fuera el referente indiscutido. Era la inspiración y
el talento, el generador admirable y el implacable ejecutor, el crack que el
mundo entero aclamaba como el mejor de todos.
|
Japón
'79: fue su
revancha por quedar fuera del Mundial de 1978. Fue coronado como revelación
y mejor jugador del torneo. El mundo hablaba de él. |
Nada, sin embargo, podría opacar la grandeza de su trayectoria, el recuerdo de
su fútbol explosivo y sutíl, alegre y efectivo, estéticamente magistral.
Si quieres más informacion sobre el Diego anda a www.diegomaradona.com
Gracias .